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twist and levicorpus

LILY EVANS

  • Nombre: Lily Evans.

  • Casa a la que pertenece: Gryffindor.

  • Ocupación: Estudiante de Hogwarts.

  • Sangre: nacida de muggles.

  • Patronus: aun no ha conseguido invocarlo, pero será una cierva.

  • Varita: 26cm de madera de sauce, elástica. Muy buena para encantamientos.

  • Fecha de nacimiento: 30 de enero de 1960.

  • Historia: nacida en el pequeño pueblo de Cokeworth, Inglaterra, Lily Evans no tuvo lo que se podría definir como una infancia "difícil". No al principio, al menos. Con padres hippies y una hermana mayor de la que no se despegaba, no pasaba un día en el que la pequeña pelirroja no despertase con una sonrisa. 

      Todo cambió, sin embargo, cuando Lily empezó a hacer cosas "raras". Cuando por las mañanas se despertaba flotando en           el aire y no sobre lo que debería ser su cómodo colchón, o cuando al estornudar llenaba la cara de Petunia de manchas de       colores. Fue ahí, cuando todo empezó a volverse del revés. 

      Hubo una tarde... jugaba con Petunia. Nunca antes le había dicho nada, ambas se divertían con sus poderes: Lily hacía                 aparecer margaritas y "Tunie" hacía coronas para ambas. Pero aquel día, aquel desastroso día, las hijas de los vecinos junto         con unas amigas más las vieron. Murmuraban, reían, las miraban de forma inquisitiva, de la forma más cruel que un niño             sabe, juzgando, criticando. Con una malévola sonrisa se dirigieron a la mayor de las hermanas, le preguntaron si quería               jugar, y ella, con toda su inocencia, aceptó. Fue cuando llamó a Lily para que la acompañara que las otras se negaron,                 miraron a la pelirroja con desprecio e insistieron "Solo tú, Petunia, no queremos a ese bicho raro". Aquella fue la primera vez       que "Tunie" daría de lado a su hermana, y no sería la última.

      Lily, sin embargo, nunca demostró rencor a su hermana. A pesar de que cuando las demás niñas aparecían ella tenía que            irse para no "avergonzar" a Petunia, cuando volvían a casa todo era igual. No era como si su hermana la odiase. 

       Un día de verano, tras haber estado jugando con su hermana y haberse ido tras la común aparición de las hijas del vecino,          Lily se sentó en la sombra de un árbol, sola, jugando con sus poderes especiales. Todo a su alrededor eran margaritas y              lirios. Era divertido. Fue entonces cuando apareció un niño desconocido, con el pelo grasiento y la piel pálida, como si                  nunca le hubiese dado el sol, como si, de hecho, odiase la luz. Con una sonrisa, ella le invitó a sentarse, empezando así una        inesperada y bonita amistad.

       El niño, Severus, le confesó que era mago, que ella también lo era, y le enseñó todo lo que sabía del Mundo Mágico.                    Haciéndose uña y carne, su relación con Petunia, por el contrario, fue empeorando. Podía aceptar que su hermana hiciese          cosas raras, pero no que estuviese con el niño del barrio pobre unas casas más allá, y que encima, al parecer, era tan raro          como ella.

       El 30 de enero de 1971, Lily Evans recibió la visita de una lechuza que portaba la carta que la haría la niña más feliz del                universo. Con el abrazo de sus padres y palabras llenas de orgullo, la niña corrió a mostrarle la carta, primero a Petunia, y            tras una dolorosa indiferencia, a Severus. "Te tiene envidia porque haces cosas que ella no puede, Lily" decía. Pero la                    pelirroja tenía demasiado buen corazón como para creerlo.

       Los meses pasaron y llegó el momento de comprar las túnicas, los libros, los calderos. De decidirse finalmente por                      comprar una lechuza blanca tras comprobar que los gatos no eran de su gusto y de comprar la que sería su más fiel                    compañera en aquel espléndido y mágico viaje: su varita. Su mejor amigo ya le había contado cosas sobre el Callejón                  Diagón, ¡pero aquello era muchísimo más increíble! Sin parar de correr y con una sonrisa de oreja a oreja, pegaba la nariz a        los escaparates, alucinada, impresionada por todo lo que estaba viendo. No podía creer que aquello fuera real.

       Cargada de bolsas y sin parar de hablar, volvieron a casa, encontrándose a su hermana en la habitación. Parecía triste.                  Como respuesta a su interés, Lily solo recibió un portazo. Descubriendo lo que ocurría al día siguiente, la pelirroja corrió a            hablar con Petunia, decirle que hablaría con Dumbledore cuando estuviese allí, que no pasaba nada porque no la                        hubiesen aceptado en Hogwarts tras escribir su carta. Petunia la llamó "bicho raro" entonces, por primera vez, y nunca más        volvió a hablarla, salvo para lanzar pullas, reproches, palabras cargadas de odio. Fue ahí cuando Petunia Evans comenzaría        a odiar a su hermana.

       El 1 de septiembre llegó demasiado rápido. En un abrir y cerrar de ojos una entusiasmada Lily se vio en la estación de                  King's Cross y traspasando un muro de ladrillo con los ojos apretados y cogiendo carrerilla. Se vio paralizada cuando se vio        en el andén nueve y tres cuartos, con una sonrisa maravillada allá donde ponía sus verdes ojos. "Mamá, papá, ¿estáis                    viendo esto?", a cada segundo. Tras una corta despedida, corrió a buscar a Severus, y ya en el tren tuvo el primer                          encontronazo con los que después se harían llamar Los Merodeadores. Allí determinó que el niño de pelo largo y negro              azabache era un egocéntrico, que el niño de gafas era un arrogante y que no tenía ganas en absoluto de juntarse con                  gente de ese tipo. 

       Ya en Hogwarts fue sorteada en Gryffindor y tras presentarse a sus nuevas compañeras de cuarto, inició una preciosa                  amistad con esas cuatro chicas que, hasta la fecha, son sus mejores amigas. No fue hasta más adelante, que decidiría que          Remus Lupin sería su mejor amigo, haciéndose inseparables hasta el punto de compartir absolutamente todo, desde                  chocolate o la lectura de un buen libro, hasta sus más profundos secretos.

       Su relación con Severus, sin embargo, se fue truncando con los años. Habiendo ignorado por completo todas las miradas          extrañas y los murmullos al paso de ambos amigos por el hecho de ser una leona y una serpiente, Snape decidió que sería        mejor traicionar a la que había sido su mejor amiga, llamándola "sangre sucia" sin razón alguna, dando la espalda a todo lo          que habían sido y abriendo sus brazos para fundirse en un abrazo con las Artes Oscuras. Él tomó su decisión, Lily la suya. 

       El verano en el que empezaría sexto curso, Lily recibiría la insignia de prefecta. Y el resto ya, como dicen, está por ver.

 

  • Personalidad: Lily es la típica persona que te echará una mano aunque, incluso, no sepa quién eres ni qué intenciones tienes. Con un corazón enorme, es capaz de ver la belleza incluso en las personas más encerradas en la oscuridad. Nunca sería capaz de juzgar a alguien por quién es o sus circunstancias, siendo consciente de lo que se siente. No soporta los prejuicios y por consiguiente a las personas que tienden a creerse mejor de los demás por su simple estatus de sangre. Es leal, fuerte, valiente, demasiado cabezota en ocasiones (muchas) y muy consciente de lo que debe o no hacer. ¿He dicho ya lo cabezota que es? Es responsable y estudiosa, muy organizada. También es sarcástica y de sonrisa fácil. Lucha por lo que considera injusto y se levanta contra todo lo que implique degradar a una persona. En ocasiones puede ser demasiado recta, estricta, pero sabe como divertirse, sin ninguna duda. Reacia a romper las normas, considera que si es prefecta es porque Dumbledore la cree capaz de ello, y por lo tanto le dará igual si tiene que bajar puntos a su casa por las acciones de ciertos personajes insufribles, que ella lo hará. 

       En relación con su hermana prefiere mantenerse al margen. Cansada de intentar recuperar la relación que mantenían y                recibir a cambio labios fruncidos y caras de lechugas en vinagre, cuando su hermana la insulta o bien la ignora, o su propio        orgullo hace que salte, acabando con gritos y portazos. 

       No es una persona que oculte sus emociones. No le gusta llorar en público, pero no tiene ningún problema en dejar ver              que está feliz, enfadada o, incluso, triste. Es una persona muy expresiva, consideraría ridículo intentar ocultar lo evidente.

 

  • ​Gustos y disgustos: le gusta el té a media tarde, leer frente a la chimenea, las novelas policíacas y la poesía que te genera un cosquilleo en el estómago. Le gusta leer con Remus y recibir abrazos inesperados. Enamorada del jazz y de las baladas, nunca dirá que no a Los Beatles, sintiendo debilidad por George Harrison, el beatle olvidado. Le gusta canturrear cuando nadie la ve, y el color verde. Es una persona de amaneceres y de noches en vela leyendo o estudiando. Le gusta el olor a madera quemada y a chocolate caliente. Sus flores preferidas son las margaritas, aunque todo el mundo piense que son los lirios. Le gusta llevar el pelo corto aunque ahora lo lleve largo. Le gusta la fotografía aunque reconoce que no es su mayor fuerte, los paseos por Londres y las coronas de flores. Es feminista y gracias a la influencia de sus padres, hippy. Defiende el amor y la verdad, aunque no tiene ningún problema en luchar con uñas y dientes por ello. Le gusta Encantamientos y Pociones, aunque le chirríe de manera extraordinaria que el profesor Slughorn esté tan pendiente de ella. No le gusta ser el centro de todas las miradas, de los chismorreos, de las sonrisillas diabólicas. Ya suficientes tuvo de pequeña. 

       No le gusta el quidditch porque lo considera absurdo, aunque reconoce que puede resultar difícil llegado el momento. Ella        no podría hacerlo, por ejemplo, odia las escobas. No es que tenga miedo a las alturas, sino que nunca se subiría en algo              como medio de transporte que ella usa para barrer el suelo. Demasiado inestable. Odia las espinacas, Transformaciones y          los gatos, las convenciones sociales y que le digan que lo que piense no tiene importancia o no es válido porque es una            adolescente. Le gusta el mundo muggle, y le apasiona el mundo mágico, sin dejar de sorprenderse cada día por nuevas            cosas que descubre. Le gusta el cine y el helado de fresa con trocitos de chocolate. Odia la menta por su sabor fuerte,                pero no el picante. Odia contar chistes y le gustan los acertijos, especialmente aquellos que le suponen un mayor esfuerzo        de lo normal. Le gusta esforzarse por lo que de verdad quiere y odia sentirse rechazada o utilizada. 

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