Regulus black.
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Nombre: Regulus Arcturus Black.
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Casa a la que pertenece: Slytherin.
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Ocupación: Estudiante de Hogwarts.
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Sangre: sangre pura.
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Patronus: zorro del desierto, aunque aún no ha conseguido que tenga forma perfectamente definida.
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Varita: 28 cm de madera de olmo, inflexible, con corazón de dragón. "Hecha para sangre pura".
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Fecha de nacimiento: 26.08.1961
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Historia: Nació el 26 de agosto de 1961, en el seno de la familia Black, hijo de Walburga y Orion. Fue nombrado Regulus Arcturus Black, aunque familiarmente se le conoce como Regulus.
Creciendo en el seno de una familia tan extensa como la de los Black, en seguida se vio inmerso en la dinámica de visitas a una casa y otra, para conocer a sus primos, tÃos, etc. No es que tuviera una gran diferencia de edad con su hermano, pero desde muy temprano se notó que su madre le preferÃa a él y en el trato se lo demostraba a ambos hermanos, lo que le provocó algún que otro enfrentamiento con Sirius. "Cosas de niños" parecÃa y eso decÃan los adultos. En verdad a nadie parecÃa importarle lo que estuviera sintiendo el mayor de los Black.
La primera vez que tuvo contacto con la magia tenÃa 2 años. El evento fue peculiar puesto que, en medio de un juego le prendió fuego sin querer (o queriendo) a las cortinas de su habitación. Walburga estaba entusiasmada. La magia era primordial en aquella familia, y no se habrÃa perdonado el haber dado a luz a un squib. Y con la libertad con la que vivÃan en aquella casa el tema relacionado con la magia, a los 4 años ya era capaz de las mayores gamberradas haciendo uso de ello. Pero eran cosas de crÃos y se le dejaban pasar. Si hiciera memoria de los 15 años de su vida, Regulus no encontrarÃa un sólo momento en que su madre le hubiera dicho una palabra más alta que otra. Siempre disculpando, siempre admitiendo lo que su pequeño pudiera hacer. Cómo le querÃa.
Al llegar a los cinco años, le pidieron que no hiciera magia en casa. Que si necesitaba algo, ya lo harÃan ellos por él. Y no es que sus padres le tuvieran miedo al Ministerio, simplemente es que no querÃan que su pequeño Regulus pudiera acabar en la prisión de Azkaban o con amonestaciones siendo tan pequeño. Todo tenÃa que estar impoluto, "siempre puro", como el lema familiar.
Y asà creció, poco a poco, y cada dÃa que pasaba aumentaban más sus ganas de ir a Hogwarts y aprender a controlar la magia que habÃa en él. Soñaba con hacer cosas grandiosas y era feliz con imaginar todo lo que podrÃa hacer cuando le compraran su primera varita. Asà que cuando a Sirius le llegó la carta, se mostró entusiasmado y, celoso de su hermano, se la hacÃa leer una y otra vez imaginando que aquella carta era para él.
Con la entrada de Sirius a Hogwarts comenzaron las discrepancia entre los dos hermanos. El mayor en Gryffindor, el pequeño en Slytherin y comenzó a surgir un especial odio o repulsa hacia el otro por las formas de pensar favorecido por la lucha ancestral entre ambas casas.
Ahora, en Quinto curso, ha sido capaz de demostrar en numerosas ocasiones las más que altas cualidades mágicas que tiene, especialmente en DCAO y en Pociones. Pocos le superan y forma parte del grupo selecto del profesor Slughorn. Se siente especialmente relacionado con el pensamiento de sus amigos, Mulciber y Avery, asà como Lucius Malfoy, quienes no dudan en hablar abiertamente sobre sangre-sucias, muggles y el orden del mundo. Pronto les llegará la oportunidad de demostrar en qué bando quieren estar en la nueva organización mundial.
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Personalidad: Regulus parece tener las cosas siempre muy claras. Crece en un ambiente que condiciona dÃa a dÃa la forma en que su carácter y forma de ver las cosas.
Ante lo conflictivo de su hermano, se asegura de crecer bajo la sombra del pensamiento de sus padres de forma que, ya desde temprana edad, parecÃa tener tendencias hacia la pureza de sangre, las clases entre los magos y a un marcado aire de superioridad frente a los «sangre sucia». Le habÃan enseñado que eran seres inferiores, que no merecÃan ser portadores de la magia, como si esta pudiera ser traspasada de un cuerpo a otro como un simple objeto o prenda de vestir.
Como si fuera algo que va en los genes, Regulus es ambicioso, y quiere que su familia se sienta orgullosa de él. El orgullo es algo malo, según dicen, y Sirius y Regulus son el vivo reflejo de ello. Y por ello, desde que Sirius acabara en Gryffindor, las diferencias entre ambos han hecho que se distancien hasta el punto de no soportarse la mayor parte del tiempo. Le habÃan enseñado que no debÃa pedir perdón, cuando hiciera algo que consideraba que estaba bien, y asà habÃa crecido. Que nadie esperara que se retractara de algo dicho o hecho, que no lo harÃa.
Sobre la relación con sus padres, se podrÃa decir que normal cerca de buena. Para su madre, es el niño que siempre quiso, "el vivo reflejo de su padre" como le gusta repetir, especialmente después de alguna discusión con su primogénito. Le ha cuidado siempre como al mayor de los tesoros, aunque a veces se lleve alguna regañina. Y asà de mimado y en palmitas habÃa crecido. Caprichoso, con altos niveles de autoestima que ya se encargaba Sirius.
Por lo demás, es alguien en general normal, que se relaciona con sus amigos de manera alegre y que sabe divertirse. Pese a lo que pudiera parecer por su relación con todo aquel que no sea sangre limpia o Slytherin, es una persona risueña y sabe disfrutar de los buenos ratos como el que más.
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Gustos y disgustos: Es algo maniático del orden, asà que le gusta que todas las cosas estén en su sitio. No llega, sin embargo, a la obsesión y es capaz de transigir cierto desorden. Los churros le apasionan, y lo mantiene como un vicio secreto, puesto que su madre se lo reprocharÃa al ser algo muggle. Le gusta leer, descubrir cosas nuevas y, por raro que parezca, le gusta estudiar. Piensa que con eso se mejoran las cualidades del mago: si la magia es algo que se gana, se puede potenciar y desarrollar. Eso es lo que le han enseñado en casa. Su pasatiempo favorito es, después de molestar a sangre-sucia, volar con la escoba. La sensación de libertad, de poder controlar todo lo que hay bajo sus pies es algo con lo que disfruta demasiado.
Los sangre-sucia y los muggle. Los primeros le ponen nervioso, incapaz de comprender cómo pueden haber conseguido tener magia; los segundo, bueno, ¿para qué existÃan? Si la magia estaba bien. No alcanzaba a entender cuál era el propósito de la existencia de un muggle. Por lo demás, le chirrÃa en cierta manera la gente que es "demasiado buena" y el apio. ¡Ugh! Intolerancia total.